En defensa de los bosques de eucalipto en Corongo

Por: Ing. Fausto Liñan Izaguirre

"Cuando regreso a mi pueblo, me invade aromas de eucalipto..." dice la canción de Frank Collazos. El eucalipto, un árbol noble que llegó a Corongo a inicios del siglo XX, se adecuó al medio y se quedó transformando su paisaje hasta el hecho que lo sentimos nuestro por todo lo que nos ofrece a todos los coronguinos.

En estos últimos cuatro años aproximadamente, en Corongo, se viene produciendo de forma sistemática e indiscriminada, la depredación irresponsable de los bosques. Esto se viene haciendo mediante la extracción y tala irracional de los árboles de eucalipto para ser llevados a Trujillo y utilizarlos con fines industriales sin importarles lo que dejan y que en un futuro ocasionará daños ambientales de graves consecuencias.

Estos hechos vienen ocurriendo de manera organizada por personas que compran los árboles a sus  propietarios, los talan en las chacras y se los llevan en forma de troncos.

Empezaron con los árboles ubicados cerca de la carretera y ahora lo están haciendo con los de las chacras interiores de difícil acceso, para lo cual abren trochas para el ingreso de equipos y camiones e instalan campamentos que a su paso destruyen la poca infraestructura existente como son los caminos de herradura, los cercos y los canales de regadío que datan de tiempos inmemoriales.

Cuando se retiran del lugar, dejan destrucción y los campos más abandonados e incomunicados, menos productivos y sin contar con los daños ecológicos como son las modificaciones de los microclimas, el deterioro de los suelos, la extinción de la flora y fauna, lo que implica en una palabra, la ruptura del equilibrio ecológico de Corongo.

Como reflexión debemos tener en cuenta que la deforestación implica lo siguiente:

• La pérdida de la biodiversidad, esto es la destrucción de la vida animal y vegetal que se da de manera directamente proporcional a la destrucción de los bosques.
• La alteración de los microclimas con la consiguiente alteración de las temperaturas, la nula retención del agua y humedad que conlleva a la desertificación de la zona.
• La destrucción del la infraestructura existente como son los caminos de herradura, canales de riego, cercos, entre otros.
• El deterioro y alteración del medio ambiente y del paisaje natural.
• El deterioro de los suelos y por lo tanto los convierte vulnerables de deslizamientos por la pérdida de cohesión frente a la humedad.
• La pérdida de fertilidad de los suelos

La explotación racional de los bosques es una tarea planificada que debe ser dirigida y autorizada por las autoridades competentes, por cada árbol que se tala deben plantarse 10 unidades para su reposición, de este modo se garantiza el equilibrio ecológico y recién ahí, podría pensarse en una explotación sostenida de los bosques.

Además, esto viene ocurriendo ante la mirada atónita de las autoridades y de toda la población, quienes no son conscientes que esto afectará en un futuro la actividad agraria, aparte que constituye un delito tipificado en el Código Penal (Ley Nº 29263 Ley que modifica diversos artículos del Código Penal y de la Ley General del Ambiente).

Estos hechos pueden ser detenidos de manera inmediata mediante una medida cautelar que ordene el juez con la consecuente incautación de los objetos ilícitos así como de los aparatos o medios utilizados.

Lo más lamentable de observar estos hechos en Corongo hoy en día, es que en Septiembre de 2009, se destruyeron las plantaciones de pino en Tuctubamba que realizó la Municipalidad de Corongo con un costo de S/. 200,000.00, sin que los culpables hayan sido identificados y sancionados hasta la fecha.

No esperemos que esta depredación que hoy se da continúe y que sus autores queden sin la sanción que les corresponde.