Teodorico, a media noche subió al terrado de su casa para coger unas bambasas y comérselas en su cama. Esto sucedió en su lejana época de niño. Lo mismo su hermano Victor, disfrazado de diablo subió al terrado con el mismo propósito en pos las bambasas guardadas por la Mamá.
El “diablo” llevaba una vela encendida, sorprendiendo al hermano en el terrado. Luego lo llamó con voz de ultratumba: ¡¡¡Teodoricoooooooo!!! Pobre Teodorico.
Pensó que el diablo conocía su nombre, cayendo desmayado sobre el piso del terrado.
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