"Ñato Agapito" en una oportunidad cuando subía de su chacra al pueblo, vio en la huerta de una dama muy conocida a un hombre que llevaba por apodo “Verraco”, cogiendo pasto.
Inmediatamente se fue donde la mencionada dueña a decirle que en su huerta estaba un "chancho verraco" haciendo daño; la propietaria tomo una soga y de un brinco estuvo en la huerta, sorprendiéndolo salir con un tercio de pasto, sólo a “Don Verraco”.
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