Caballero, caballero

Cierta vez, ÑATO AGAPITO se encontró con un señor de muchos humos, que se preciaba de ser muy “cutulito”, es decir, gente de holgada posición económica y que toda la vida era autoridad en el pueblo; trataba a los demás de “cholito” y a él había que decirle “caballero”; estando muy cerca de este personaje, mas o menos por el Molino de San Cristóbal, ÑATO AGAPITO exclamó en forma imperativa y picarescamente:
¡Caballero, caballero, ven aquí! – El aludido, cascarrabias, dirigiéndose al ÑATO, le dijo:
¡Insolente, porque me llamas así, si me necesitas debes acercarte!
A lo que contestó el ocurrente: No señor, a usted yo no lo he llamado, estoy llamando a mi perro que se llama “Caballero”. El mencionado “caballero” no hizo sino de ahogar su impaciencia y quedarse atónito con la respuesta.

Post a Comment

0 Comments