En corongo hay una costumbre después de lavar el trigo, tenderlo en la calle o en el patio de la casa para que seque y cuidar el tendido todo el día para que los pajaritos y las gallinas no se los coman.
Una vez, Ñato Agapito había lavado 4 sacos de trigo y en el trayecto del rio a su casa, paro sus cargas en la puerta de la casa de un amigo que tenía por patio apenas un metro cuadrado y le requirió muy serio:
- Por favor préstame tu patio para tender mi trigo.
La solicitud burlona de Ñato Agapito no dejo de molestar al amigo.
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