Identidad Ancestral

PALLAS, PANATAGUAS, HUALLPA RACHI, SHACSHAS
Por: Gilbert Collazos Garay

PALLAS Y PANATAGUAS

Las pallas y los panataguas son herencia prehispánica que solo se bailan en la fiesta de San Pedro en Corongo, Aco y Cuzca. Estos tres distritos fueron en la etapa inca territorio asignado a un solo curaca, que en la primera etapa de la conquista ejerció como tal Pumakochachi (Pomacochache, en castellano) de la parcialidad de Qararupay (Cararupay), que tuvo vigencia hasta la entrega del territorio a la encomendera Catalina Mori, en 1571.

Los panataguas son la reminiscencia de los guerreros huanuqueños extintos en el siglo XIX, que ayudaron a los conchucanos (corongos, pallascas) a defender el territorio ante la invasión inca. El baile panatagua como rito es un baile en honor a las acequias de regadío y el danzante tenía que danzar siempre dando saltos de un lado a otro, es decir saltando lateralmente de ida y vuelta sobre una acequia.

 Las pallas en cambio eran damas de alto rango, que se hacen conocidas cuando piden piedad para con los vencidos cuando el ejército inca ocupó territorio coronguino aproximadamente en el año 1,450. Los incas ocuparon el territorio del Chinchaysuyo por 80 años, hasta la llegada de los españoles.

El mito de San Pedro por lo tanto surge bajo la jurisdicción de Pumakochachi, como curaca. La primera iglesia de la parcialidad la erigen los agustinos en Rayan Pampa (Huagalla), a partir del año 1,560; pues en 1,559 llegaron a Huamachuco 12 evangelizadores agustinos, de los cuales dos fueron a los Conchucos (Pallasca, Corongo). Así es como San Pedro nace en Hualla.

La segunda iglesia es erigida en Corongo a partir de 1,575, cuando el Virrey Toledo ordena las reducciones de los naturales, es decir llevar a una sola locación (nuevo poblado virreinal de Corongo) a todos los naturales para evangelizarlos y a la vez cobrarle los tributos más fácilmente. Fue muy difícil llevar la imagen a la Iglesia de Corongo porque los huallas no aceptaron el cambio y es así como surge el mito de San Pedro que ya no quería estar en Hualla sino en Corongo.

La parcialidad de Pumakochachi celebró la fiesta de San Pedro, en Corongo, hasta los años veinte del siglo XX, cuando se crean los distritos de Aco y Cuzca. En adelante cada distrito hizo su fiesta aparte. La evangelización fue traumática, San Pedro fue impuesto por los agustinos por medio del sincretismo, superponiendo a la fiesta del agua de los naturales.

HUALLPA RACHI

La fiesta de setiembre en cambio tiene un origen diferente. La fiesta de la exaltación de la Santísima Cruz, que celebramos en Corongo el 14 de setiembre, tiene una lejana historia de la época del emperador de Bizancio Heraclio I, cuando en el siglo VII, este recobra la Santa Cruz de manos del persa Cosroes y la entrega a la Basílica del Santo Sepulcro. En el Perú colonial del siglo XVII, la fiesta de exaltación de la Santa Cruz fue el símbolo del triunfo de la religión católica sobre la idolatría de los naturales.

Desde 1,621 los naturales evangelizados celebraron esta fecha por orden de los extirpadores de idolatrías. En Corongo la celebración es católica y a la española; con carrera de caballos, pelea de gallos, corrida de toros. La única manifestación ancestral, que ya fue abandonada es el huallpa rachi (descuartizamiento de gallina). Esta costumbre al igual que el jala pato del centro, constaba en ir descuartizando al animal vivo que pendía de una cuerda manipulada, para hacer más complicada la operación, hasta que el jinete se lleve lo que queda del pobre animal. El huayno de estas festividades también es herencia de la qashua (cachua) antigua.

SHACSHAS

En el caso de la danza guerrera de los shacshas (shakshas, shaqshas) debemos armar la historia que apoye la memoria oral. La caja roncadora, de origen mestizo, pero de ancestros andinos y españoles. En los huacos antiguos tenemos imágenes de un ejecutante de una flauta y una tinya al unísono, como también los vascos tienen a sus ejecutantes al unísono de la flauta txistu y el tamboril.

Estos cajeros tocan huayno, pero otros solo ejecutan las danzas de panataguas y las de los shaschas, usando diferentes flautas que los huayneros. La caja roncadora es de origen ancashino, aunque tiene antecedente preinca, según el estudioso huaracino Abelardo Vivanco. Acota que Cobo afirma: “los tañidores iban con traje muy especial, para tocar grandes tambores del Sol”. Huaman Poma de Ayala señala “en caso de granizo los echan con armas, tambores, flautas, campanillas y trompetas, dando gritos”.

Sostiene también que en 1,670 apareció por primera vez un bando en el Callejón de Huaylas: “Se echó bando con cajas de guerra“. En cuanto a la afirmación de Renato Valverde Alegre (1,691), afirma que es un instrumento nato de Ancash. Que a los habitantes de Aco (Corongo) se les identifica con el mote de “te tumbo”; porque es el pueblo donde tiene más preeminencia la “roncadora”.

Explicó que en las fiestas familiares o pueblerinas, ya sea de carácter social o religioso están siempre presentes con su constante golpe de “tun-tun-tun”, que en vocabulario del pueblo ha quedado como “te tumbo”. La danza de los shacshas también es muy ancashino, y siguiendo al investigador huaracino comprobamos que hay una danza guerrera shacsha coronguina (de la parcialidad de Pumakochachi) y una danza ceremonial shacsha del Callejón de Huaylas.

Las similitudes están en el uso de la shaqapa (shajapa). La shaqapa es un accesorio textil donde se cosen muchas semillas secas, previamente horneadas, y exenta de su parte blanda. Este accesorio es amarrado a cada una de las pantorrillas del danzante, para que cuando mueva las piernas de un sonido rítmico de shac-shac-shac. De este sonido onomatopéyico surge el nombre de shacsha. El nombre de la planta es maichil y crece en las orillas el río Marañón. Este nombre (shaqapa) hizo que en el Callejón a esta danza se le denominara shaqapa danza y en Corongo a principios del siglo XX se llamaba solamente danza, a secas. Las diferencias están en el vestuario, la música y el baile. El vestuario del Callejón de Huaylas ya ha sido variado en estos tiempos, pero ahora nos referimos a los que se vestían antes del terremoto de 1,970. Ver fotos e imágenes dejadas por el coronguino radicado en Huaraz Miguel Sotomayor. Vestimenta con tocado de cintas en la cabeza, un látigo, la huara o taparrabo, el monillo o saco femenino, pantalones largos, las shaqapas sobre las pantorrillas y zapatos.
 La vestuario coronguino es con una peluca larga con cordones de colores en la cabeza, en una mano una rodela pequeña y en la otra una macana (ambas de madera), un saco y pantalón de pana de colores azul o rojo concho de vino, aunque también hay negros, verdes. La música es diferente. Los coronguinos usan las cajas roncadoras (pincullo y caja roncadora tocada al unísono) interpretando una danza guerrera, en cambio los del Callejón usan un flautista y varios percusionistas de tambores, con música ceremonial y fuga de huayno. El baile en los shacshas de callejón es de pequeños o grandes grupos con una coreografía ceremonial y de pasos diversos: en cambio la danza guerrera de Corongo es una competencia de guerreros interpretando una secuencia de pasos, al son de la música.

La danza ceremonial del Callejón de Huaylas, ya tiene una resolución, que ubican al pueblo de Shacsha en Yungay como el origen de esta danza. La danza guerrera Shacsha de Aco y Corongo, son originarios. Datan desde la época preinca y formaron un solo eslabón cultural en la época inca y los primeros años de la conquista con el curaca Pumakochachi (Pomacochache). Luego siguió en la colonia y república con los cambios que exigieron los evangelizadores, cambiando la vestimenta, adoptando la caja roncadora y continuando con esa música guerrera mestiza con fuertes rasgos ancestrales que definen esta danza y música étnicas, que merecen ser catalogadas como originarias de la Provincia de Corongo. Los shacshas de Corongo en el siglo XX y XXI, han danzado para los siguientes santos: En el distrito de Corongo hasta cerca de los años 30 (siglo XX) danzaban el 29 de setiembre en honor a San Miguel Arcángel. Bailaban danzantes de cada barrio, también de los anexos de Chacu, Chicu (luego Nueva Victoria), Colcabamba, Aticara, Castillo. Cuando la fiesta de San Miguel se perdió en el olvido hubo un lapso de tiempo en que no hubo más shacshas en Corongo, pero en eso surgió un Sr. Núñez que inició una fiesta en honor a San Francisco de Asís, en honor a una piedra hallada en su chacra de Añamara, que se parecía a San Francisco. Esta fiesta no duró mucho, pues el Sr. Núñez se marchó a Lima y allí terminó esta fiesta también. En los años 60, 70 no hubo shacshas orgánicamente en Corongo, salvo humoradas. Fueron los del Centro Cultural Folklórico Champará en Corongo y el Centro Musical Corongo en Lima, los que lucharon por reinsertar esta danza en el distrito. Esta reinserción fue lograda en Corongo ya en los años noventa.

Desde ese entonces todos los años se celebra a San Francisco de Asís, tanto en Corongo como en Lima. Las fiestas que también se han perdido son las de agosto en los anexos de Aticara (Virgen de las Mercedes) y Colcabamba (Virgen de la Asunción). En el distrito de Aco lo hacen desde siempre hasta nuestros días en octubre en honor a San Francisco de Asís. Ellos celebran en dos barrios en competencia los de Chope (Centro) y los de Succha. Esta danza guerrera también lo ejecutan en Lima todos los años.

María Rostorowski nos ilustra que los instrumentos nativos que se usaban en los bailes andinos eran distintas flautas como antara, pincullo, salla, cherqque, chiuca y la quena. Entre los tambores distinguía Guaman Poma de Ayala, el poma tinya (de puma u otorongo), runa tinya de piel humana, la tinya pequeña o tamborcito, a esto le agrega Gonzales Holguin el huancar o atambor.

Las trompetas eran diversas, de arcilla, plata, cobre, de caracol o huayllaquepa, conchas (strombus). En los bales usaban cascabeles confeccionados de semillas o también de metales y en algunos taquis usaban pitos. El propósito de las danzas era múltiple de acuerdo al rito, fiesta o solemnidad y se acompañaba con algún taqui. Unas danzas eran ceremoniales, acompañadas por canciones cantadas en coro o bien eran alegres cachuas, danzada por todo un ayllu. Los bailes eran en mayoría agrícolas, para la caza, protección del ganado y su fin era congraciarse con sus huacas y sus mallquis (antepasados momificados). Las danzas eran también para alejar o atraer fuerzas de la naturaleza.

También habían los ejércitos victoriosos daban representaciones y simulaban batallas rituales, acompañados de sendos sacrificios y ofrendas. En conclusión podemos afirmar que la danza ceremonial Shacsha del Callejón de Huaylas es diferente a la Coronguina por ser esta última una danza guerrera.

La danza de Shacsha de Huaraz ha sido declarada Patrimonio Cultural de la Nación, por el Instituto Nacional de Cultura Perú, el 19 de noviembre del 2008, tomando la referencia histórica que sus orígenes están en el poblado Shacsha (Yungay), desaparecido en el aluvión del 10 de enero d 1962.

La danza guerrera Shacsha de Aco y Corongo, por tener características diferentes a la huaracina, deben ser reconocidas como originarias de la Provincia de Corongo, con pruebas irrefutables en lo histórico, y como danza étnica guerrera de origen Coronguino; por lo tanto debe ser declarado Patrimonio cultural de la Nación, como danza guerrera shacsha de la Provincia de Corongo.

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2 Comments

  1. Muy interesante el tema. años atras buscaba este tipo de informacion. Gracias. Lom de los panatahuas me interesa mucho, soy de Moyobamba y por ahi tambien se habla y se conoce estos danzantes. Pero tienen otra tipo de vestuario. Gracias mil mcompañero. Ernesto Peñafiel Gonzalo

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  2. No0 deja de ser curioso el tema, sobre el origende los panataguas.

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