La Carreta de Don Artemio

Estábamos de vacaciones cuando a eso de las dos o tres de la tarde escucho el silbido característico que nos identificaba lanzado por Calolo en la puerta de mi casa, salgo presuroso a ver las novedades de tan intensas llamadas y mi amigo de mil aventuras me dice:

Oe she en el arco de Dos de Mayo hay un grupo de muchachos que están jugando con una carreta, se suben y se van de bajada por la carretera hasta después de la casa de Jorge Ingar(Bedoya), vamos a ver si les quitamos y nos paseamos nosotros! Vamos pues le contesto y en rumbamos hacia el arco, en el camino se nos une Alejando Moran, Calin primo de los Lora que estaba de vacaciones en Corongo porque el vivía en Lima y algún otro amigo que no recuerdo.

Llegamos al arco y vimos que era cierta la información que tenía Calolo, habían sacado la carreta que utilizaban para llevar madera a la casa que estaba en construcción del sr.Artemio Perez al parecer ya la habían sacado anteriormente para jugar. La carreta que era halada por bueyes tenía un timón donde colocaban la yunta de toros para ser transportado. Nos hicimos cargo de la situación y comenzamos a poner un poco de orden en el paseo: cuando partíamos del arco hacia abajo se pasearíamos Calolo, Alejandro, Calin, yo y algún otro amigo y los mas chiquillos empujarían y uno guiaría.

Cuando tenia que volver de subida empujaríamos nosotros Todo andaba bien hasta que en una de las bajadas llevaba el timón mi buen amigo Hugo Sotomayor, estábamos cerca de llegar al límite de nuestro recorrido, cuando en la carretera que viene del mirador aparecen un grupo de reses que ocupaban todo lo ancho de la via, Hugo en su desesperación por controlar la carreta que bajaba en el medio de la carretera se abre hacia la izquierda y veo que la carreta va en dirección al borde de la misma hacia el precipicio Yo logro saltar antes que caiga de una altura regular a la casa de los Ingar no sé si era algo de dos metros de alto, también lo hace Alejandro y algún otro amigo pero no logran saltar a tiempo Calolo y Calin cayendo los dos junto con la carreta al patio de la casa, lo que ocasiona que sufran lesiones Huguito que llevaba el timón logra zafar a tiempo y escapa junto a nosotros con dirección al río que cruzamos y nos fuimos a refugiar junto al cementerio, de allí mirábamos asustados que toda la gente se acercaba para ver lo sucedido, se veía que todo el pueblo se habían enterado de lo sucedido y el escándalo que se formó fue mayúsculo.

Esa noche tuve que dormir en el terrado para evitar la reprimenda pues yo en vacaciones paraba castigado un día y el otro también. Años después me contaría mi padre que él se encontraba con el juez Moran cuando se enteró lo sucedido y lo primero que hizo fue llamar a su hijo y al verlo le dijo: que bien que tu no hayas estado con esos muchachos ya te he dicho que no andes con esos traviesos. No sabía Alejandro corrió tanto de susto, como alma que el diablo se lo lleva, para aparecer en la esquina de su casa como si nada hubiera sucedido.

(Escrito por: Samuel Nieves Reyes)

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