Filosofía y lógica

Curso llevado en el colegio en el quinto año de secundaria dictado por nuestro recordado profesor Dr. Fausto Liñán, estamos en julio, mes de evaluaciones de mitad de año.

El terremoto del 31 de mayo además de afectar las estructuras del colegio había afectado también nuestra tranquilidad emocional por las múltiples réplicas sísmicas que ponían nuestros nervios ya en “colapso” y era propicio para jugar alguna broma. Nuestra promoción constaba de veintidós integrantes las carpetas eran bipersonales tuve la suerte de sentarme junto a Elver desde años atrás, que por “circunstancias telúricas” estábamos ubicados junto a la puerta que daba al patio de recreo cerrado siempre en horas de clase sin seguro y ante cualquier emergencia éramos los primeros en salir corriendo en busca de un buen recaudo en el medio del patio.

Es día de examen del curso el cual me preocupo porque no había estudiado nada por andar mataperreando la noche anterior no me quedo otra que afrontar la situación dándole vueltas a las preguntas sin ninguna respuesta, cuando de un momento a otro se me ocurre la idea de escabullirme al patio por la puerta que estaba junto a mí, aprovechando que el profe se encontraba en su escritorio leyendo un libro, desapareciendo como por arte de magia ante el asombro de Elver por unos minutos ¿Cuánto? lo suficiente para resolver las preguntas del examen pues había salido con el libro del curso, regresando nuevamente a ocupar mi lugar como si nada hubiere hecho a esperar que pasen los minutos para que los más chancones comiencen a entregar sus pruebas.

¿La nota? creo que fue la primera vez que tuve la máxima calificación.

Elver hasta ahora anda preocupado por mi arriesgada acción.

Por Samuel Nieves Reyes
Elver Villalva y Samuel Nieves en la plaza de Corongo

Post a Comment

0 Comments