Rompimiento
en Corongo
En nuestro
pueblo como en todo el ande, en tiempos inmemoriales se celebraba la fiesta del
sol, coincidiendo con el solsticio de invierno que en el hemisferio sur es el
21 de junio. Fueron los españoles quienes trasladaron las celebraciones al 24
de junio coincidiendo con el Corpus Cristhi de ellos. Prohibieron durante la
colonia la celebración del Inti Raymi, pero nunca lograron borrar del ADN del
pueblo esa veneración milenaria que se mantiene vigente a través del tiempo y
se manifiesta en los rituales.
En el mundo
andino durante la noche más larga del año se esperaba el advenimiento del año
nuevo, es decir el día más corto (o “Llullu rupe” en Llaqwash, nuestra lengua
ancestral, que es predecesora del quechua cusqueño). Los rituales festivos eran
con música, luz y fuego.
En el rompimiento coronguino, dos días antes de la celebración principal a San Pedro, los jueces de agua salen en la noche, desde siempre, a bailar con su tonada, delante de ellos lo hacen las viudas con cirios encendidos, retribuyendo la exoneración de las faenas de mantenimiento de los canales. Esa noche, salen a la calle también sus cabecillas, danzando un ritmo guerrero ancestral, con faroles e irrumpiendo a su paso el recorrido de la banda.
Son para
muestra algunos de los rituales que hacen de Corongo un pueblo con una cultura milenaria
incomparable.
El año
2001, provistos de una cámara casera logramos hacer un registro, a pesar de la
ausencia de alumbrado público. Las imágenes corresponden a la fiesta del Juez
de Agua de parte abajo, Manuel Lezama Asencio.
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