La presente guía constituye un valiosísimo aporte a los esfuerzos de preservar y revalorizar el llaqwash, nuestro idioma ancestral, en serio peligro de extinción.
El Dr. Daniel Hintz y su esposa la Dra. Diane Hintz, ambos
distinguidos lingüistas norteamericanos (que tienen el grado de Ph.D. de la
University of California), han dedicado más de tres décadas al riguroso estudio
y la paciente preservación de las variedades quechuas de Sihuas, Corongo y del
sur de Conchucos.
La tesis de maestría de Daniel Hintz: Características
Distintivas del Quechua de Corongo, fue publicada en español en el año 2000 por
el Instituto Lingüístico de Verano (ILV).
Este valioso estudio no ha tenido la atención merecida,
fuera de los círculos especializados en la lingüística. Con la activa
participación de promotores educativos locales—Gudelia Medrano Espinoza, Rosa
Pinedo Salinas y Abila Collantes Cortéz—Daniel y Diane Hintz han desarrollado
múltiples talleres en diversas escuelas primarias de la provincia de Corongo, y
han publicado varios libros de cuentos en quechua (Chumaq Kwentukuna), escritos
e ilustrados por los mismos alumnos de Aco, Cusca y Huarup.
Era pues necesaria, una publicación que integrara el valioso
material académico recopilado con la experiencia de los talleres, lográndose
esta guía, mucho más asequible al público no especializado. Diversos estudiosos
que visitaron Corongo en el siglo diecinueve (Antonio Raimondi y Charles
Wiener), como a principios del siglo veinte (José Antonio de Lavalle) describen
el extenso uso del llaqwash en la población.
Hasta la década de 1940, cuando se intensifica la migración
hacia la costa, el llaqwash era hablado por la mayoría de los habitantes de la
cuenca del río Manta, incluyendo los actuales distritos de Corongo, Aco, Cusca,
Yánac y La Pampa.
Con un alto grado de certeza se puede afirmar que el
llaqwash estaba ya plenamente establecido en nuestro territorio, muchos siglos
antes de la llegada de los conquistadores incas, enviados por Túpac Inca
Yupanqui, alrededor del año 1480. Al afianzar su dominio sobre los diversos
pueblos del imperio, los incas permitieron que cada pueblo conquistado
conservara su idioma y sus tradiciones. Solo los gobernadores locales estaban
obligados a aprender el quechua del Cusco.
Cuando los conquistadores españoles, comandados por
Francisco Pizarro, invaden el territorio del Tawantinsuyo en 1533, encontraron
que el habla de los habitantes del imperio estaba lejos de ser homogéneo. Cada
región mantenía sus propias costumbres y su propio idioma. Así tenemos que en
la costa norte se hablaban los siguientes idiomas: el tallán en Piura, el
mochica en Lambayeque y La Libertad, y el quingnam en la costa de La Libertad y
Ancash. En la sierra norte había otros idiomas como el chacha, el cholón y el
culle. Este último se hablaba en los distritos de Yupán y Bambas de la actual
provincia de Corongo, además de la actual provincia de Pallasca y la sierra de
La Libertad.
Para facilitar la labor evangelizadora y administrativa del
territorio conquistado, las autoridades coloniales deciden, arbitrariamente,
que el quechua cusqueño, al que llaman ‘Lengua General’, sea el idioma
‘oficial’ de los pueblos conquistados y le dedican recursos para su aprendizaje
y difusión. Entre sus frutos está la monumental obra Gramática y Arte Nueva de
la Lengua General de todo el Perú llamada Lengua Qquichua [sic] o Lengua del
Inca del jesuita extremeño Diego González Holguín, publicada el año 1607.
Durante los cuatro siglos siguientes se acepta como un
hecho, que el quechua se habría originado en el Cusco y que los incas lo
difundieron a lo largo del Tawantinsuyo. Esta visión cambia radicalmente cuando
en la década de 1960, estudiosos como el norteamericano Gary Parker y el
peruano Alfredo Torero, encuentran que, aplicando métodos modernos de
investigación lingüística, el quechua hablado en la región central del Perú
sería mucho más antiguo que el quechua hablado en el Cusco. Como ellos señalan,
la diversidad dentro de un área geográfica contigua indica una gran profundidad
en el tiempo.
Y la diversidad entre las variedades quechuas habladas en el
centro del Perú (incluyendo las de Ancash, Huánuco, Cerro de Pasco, Junín y
Lima) es mucho más notable que entre las variedades sureñas (incluyendo las del
Cusco, Ayacucho, Bolivia y Argentina) y entre las norteñas (incluyendo las de
Cajamarca, San Martín, Ecuador y Colombia). Es entonces que las variedades
quechuas habladas en el centro del Perú (denominado Quechua B, por Parker y
Quechua I, por Torero) despiertan el interés de los investigadores.
La valiosa experiencia ganada por investigadores del ILV en
el estudio de los diversos idiomas de la amazonía peruana motivó a
investigadores, como los Drs. Hintz, a abordar variedades quechuas hasta
entonces poco estudiadas. El idioma es el elemento más importante de la
identidad de un pueblo. La identidad incluye los valores, las costumbres y las
historias comunes que ejercen una profunda influencia sobre la manera en que
una persona se comporta, piensa y mira al mundo.
Debemos recordar que el llaqwash ha sido el vehículo
principal de comunicación, así como de identidad, y ha sido transmitido de
generación en generación por más de un milenio.
Así como en los últimos años se ha logrado que
manifestaciones culturales como Las Pallas y Los Shaqshas sean reconocidas como
patrimonio nacional, y la institución de los Jueces de Agua, como patrimonio
inmaterial de la humanidad, es indispensable que el llaqwash, nuestro idioma
ancestral, sea preservado y revitalizado.
Gracias a esta valiosa guía, generosamente entregada por sus
autores, esta noble misión es ahora más factible.
Dr. Enrique Liñán Izaguirre
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