Junio es nostalgia, junio es recuerdo, junio es verano del cielo azul y esplendoroso sol, junio es la noche clara de luna, de cielo limpio y despejado en negrura, junio es de luces estelares en tiríteos de las estrellas, junio es jolgorio de todos los que llegaron en busca de sus recuerdos y de los viejos amigos, que no se ven así no más, como a ella, que un día fue y nunca más será, ya más, que hoy solo la miramos tratando de reconocer si ella es la misma a la que amamos.
Junio es el verde y amarillo del campo, es el agitar de los altos eucaliptos verdes, de serios colores familiares a nosotros agitando sus ramas en una sincronizada bienvenida al vernos pasar por sus caminos junto al río.
Junio es la banda de músicos, de
las pallas, de los panataguas, de los chirocos agitando sus macanas y soplando
los fluidos de sus pulmones sincopados a las emociones de la fiesta sampedrana.
Junio es de la iglesia y de San
Pedro y también de sampedrito el borrachito, que cansado de soledad en su estática
observancia a los que lo visitan en su urna, en busca de sus favores de los días difíciles del
año, sale también en busca de sus gentes que seguramente recuerda que le deben
esos favores y estos enfervorizados por los gros ingeridos en el atardecer del rompimiento lo sacan a bailar,
para estar al día, con todos los demás.
Junio es del rompimiento de la
primera noche de fiesta sampedrana con sus multitudes de viudas y sus velones
encendidos bailando en soledades individuales, botella en mano, para brindar con
todos los que acepten sus cortesías, delante de la banda hasta el amanecer.
Junio es del alba, de las pallas
vestidas desde la noche anterior entre fajas, prendedores, faldas y coronas, con la
vestimenta folclórica más bella del planeta, si de esa! que galardonada fue alguna
vez en un concurso universal de la señorita más bella del mundo.
Junio es veneración, es fe, es plegarias y de tragos también.
Junio es de fiesta de los cuatro días de los del barrio de arriba y de los cuatro días del barrio de abajo.
De mata san pedros de última
generación ahora.
Junio es el Callahuaca, el Champara,
es Aticara, Pacatqui, es Pojoj.
¡Es San Cristóbal!
Junio es de picantes de cuy, de chicharrones, y de chicha de jora.
Junio es Corongo y Corongo es
junio.
Junio es la peregrinación obligada
de los que nacieron y vivieron allí porque lo vivido lo comido y lo amado nunca
se olvida.
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