Corongo, fiestas de Junio 2022...

Partir de Lima para dirigirse a Corongo hoy, en que los tiempos de viaje hacia allá han cambiado en duración, transportes y rutas.

Hoy se puede partir inclusive en avión hacia Chimbote en una hora de viaje o en bus-cama, en cinco horas también, y de allí, hacia Corongo en cuatro horas u otra de Lima a Huaraz y de ahí en igual tiempo de viaje al destino.

Todos estos viajes de la capital hacia el final del primer tramo, es ideal hacerlo, preferiblemente, en horas de la noche, para amanecer en Chimbote o Huaraz, cómodamente en la mañana y partir de ambas ciudades en las horas de la tarde partir hacia Corongo, en la tranquilidad de un viaje algo más corto de duración y monotonía, contando para el segundo tramo con el servicio final con los minibuses de la empresa de transportes “El Cerreñito”, que estarán llegando en las primeras horas de la noche, al destino.

Es sabido que la ruta a trepar en las alturas desde el rio Santa en él desvió sobre el puente Huarochiri, es el inicio de la carretera que recorre la ruta hacia Corongo y Sihuas además de la prolongación a las partes Nor-oriental del departamento de Ancash, esta, está, totalmente abandonado por las autoridades respectivas al no haber proveído de la infraestructura necsesaria de conservación y mantenimiento para soportar el alto tráfico de vehículos pesados que hoy esta sometido con profundos huecos en ella y grandes tramos sin capa asfáltica que la cubra, aparte de los derrumbes de rocas y pierdas por allí.

Urge llamar la atención de las autoridades respectivas para su recuperación y transitabilidad factible y acorde al reconocimiento de las trascendencias de las provincias que unen esta ruta.

Hoy, también es una ruta minera de alto tráfico de vehículos pesados y por lo tanto, debe ser reconocida como tal, por las empresas de ese sector productivo, que la usan para sacar sus minerales y están en la obligación también ser parte de la solución de sus problemas por el deterioro de ella, por el uso y usufructo que hacen a diario de esta vía.

Volvamos a lo nuestro…

Llegamos a Corongo el 25 de junio a eso de las ocho de la noche y ni bien bajados a del bus, nos dimos con la sorpresa de que, esta, estaba, soportando unos fuertes vientos huracanados y que al pasar estos violentos aires por entre los árboles de los eucaliptos que pueblan el Llacllacan y los cerros colindantes, el viento ocasionaba un fuerte ruido de ramas algo atemorizante, que inclusive en la ciudad durante nuestra primera noche se sentía a ratos el crujir de algunos techos algo “descuidados” en su protección a las viviendas, pero sin mayores daños que lamentar para la tranquilidad nerviosa de los preocupados por esta ocurrencia climática serrana.

El clima de Corongo y por lo general en las alturas, se sabe, que al atardecer e inicio de las noches a los recién “subidos” los fríos helados que se sienten se hacen insoportables, hasta ir acostumbrándose poco a poco, a ellas.

El domingo 26 de junio estaba programada el Festival Ecoturístico a las Lagunas de Pojoj 2022, nosotros que queríamos participar en ella con la debida anticipación buscamos pasajes, como estamos acostumbrados a hacer nuestras cosas, es decir, los buscamos desde Lima con los contactos en los transportes que tenemos y no logramos concretizarlo porque nos dijeron que no harían ese servicio, entonces proveímos que llegados a Corongo lo haríamos realidad y en la misma noche del 25 nos pusimos a buscar movilidad, hasta que encontramos una, por lo cual aseguramos los asientos con el pago respectivo por ese servicio, esperando confiados abordar el domingo 26 a las 10 de la mañana la combi contratada.

El domingo 26 nos acercamos a las 9 y 30 de la mañana para esperar subir a la combi de las 10 de la mañana de partida como nos aseguraron seria.

Llegados nos dimos con la sorpresa que esta, estaba retrasada, y aun a esa hora no había hecho el primer viaje, como nos aseguraron, haría, para nosotros poder subir luego en el segundo viaje.

Nos dijeron que la combi subiría haciendo la primera vuelta a esa hora y que en “media hora volverían” por nosotros.

 

Estos señores y los que los rodeaban a los que manejaban la combi, seguramente nos vieron con la cara de extraños y que no conocíamos la zona.

No sabían estos “vivos”, que estaban hablando con el que a Pojoj y la puna de Tuctubamba no había ido una dos veces, sino en múltiples ocasiones y que conoce todas las ocurrencias que se producen allí. Seguramente pensaron sorprendernos fácilmente por nuestras mostradas ilusiones de subir nuevamente a Pojoj, al decirnos que volverían en“... media hora por ustedes".

Cancelamos ahí mismo el servicio y pedimos que nos devuelvan lo pagado.

Según los comentarios de los amigos que tenemos y de todos los que compartimos las querencias por Corongo, esta vez, hubo fallas en el apoyo, por ejemplo, del transporte exclusivo que debió de haber para esa fecha importante, pese a que fue organizado con mucha anticipación la movilidad requerida no estuvo a las alturas de las circunstancias que se preveían. Habría que tener cuidado para la próxima vez en necesidad de buscar una buena eficiencia, para atender todos los requerimientos presentados.

Muchos no pudimos hacerlo como lo hicimos en la primera organizada en octubre del 2021 pasado.

Creemos que si se quiere hacer en las fechas de las fiestas de junio, esta, debe de ser mejor organizada principalmente en el transporte para cumplir con todos los que quieran subir a ver las nacientes del Rio Corongo.

Recuérdese que las empresas de transporte interprovinciales que brindan servicios a Corongo, priorizan sus buses para movilizar a los que llegan y luego se irán pasadas las fiestas, que para ellos es más negocio cumplir con sus rutas de fiesta.

 

Como vimos a Corongo en cuanto a servicios…

 

Pacatqui con sus baños termales es un primer punto de la ruta en las cercanías coronguinas a ser visitada para disfrutar de un primero y relajante estadía viajera, de vuelta al terruño amado.

Hay un buen hospedaje, un buen restaurante y por su puesto unas buenas posas de aguas calientes salidas desde las entrañas rocosas de los subsuelos, además de la piscina al aire libre atendidas por la familia de Oshcar Armijo.

 

Los Baños termales de Aticara mejoro, hoy hay camerinos para poderse cambiar la ropa, mejoro en algo su infraestructura alrededor de la piscina, pero le falta que se construya bancas de cemento si es posible para sentarse mientras uno se cambia allí.

Otra cosa que nos agradó con mucha sorpresa es el emprendimiento hecho por la familia Tapia-Camacho junto a la carretera, muy cerca al ingreso para ir a los baños, han puesto en su chacra un restaurante campestre, para el servicio de los que lleguen o salgan de los baños de Aticara.

 

Después de dos años de la pandemia, Corongo, se volvió a llenar de gentes, para disfrutar de sus fiestas patronales, como siempre sucede tradicionalmente. Muchos de los llegados o en su gran mayoría fue el ver a gente joven llenar las calles y plaza para disfrutar de la tradición sanpedrana.

 

Según lo oído, la infraestructura de hospedaje colapso y algunos de ellos estaban cobrando precios exorbitantes por albergar al visitante extraño.

También los restaurantes tuvieron que ingeniárselas para atender a todos los que llegaban a consumir sus menús preparados, con comensales esperando parados a que desocupen alguna mesa para instalarse en ellas a ser atendidos y si el menú voló, no habrá otra alternativa que consumir el arroz chaufa que le ofrecen a uno, como única solución a calmar el hambre por el momento.

 

Nosotros partimos la vuelta hacia Lima el día 30 de junio a las cinco y media de la mañana con la movilidad de Lalo Marreros junto a José Armijo, Alberto Velásquez y Lucho Zelaya un viaje salido en la oscuridad de Corongo para ir amaneciendo por la Culebrilla charlando amenamente de ocurrencias de los amigos y que a ratos nos carcajeábamos por los méritos propios de los relatos oídos, que nos divertían sobremanera al escucharlos.

Llegamos a Vinzos y tal como lo teníamos planificado desayunar allí, nos fuimos en busca de una buena causa en un restaurante que Lalo conocía y garantizaba que quedaríamos satisfechos al final de habernos comido una. Como en efecto fue. No hubo un comentario adverso. Estuvo bien preparada, con sus yucas arenosas muy agradables.

Muy recomendable para todo aquel que alguna vez haya sido decepcionado de una de esas que hay a montones en el camino, cuando se experimento que no estuvo del agrado requerido, en alguna vez.

Seguimos de viaje, pasamos Chimbote y a eso de la una de la tarde estuvimos en Huarmey. José Armijo que vive y trabaja en EEUU, pidió buscar un restaurante de comida criolla para saborear “por última vez” de, él, momento de nuestra comida criolla, pues al día siguiente viajaría al extranjero, según dijo y no saber hasta cuando volvería a disfrutar de nuestra comida.   

Averiguamos en el medio de la ciudad por algún restaurante recomendado y nos dieron un buen dato, para ir en busca de una cevichería conocida allí, al cual llegamos y después del consumo hecho nadie reclamo nada. Todos quedamos satisfechos por lo consumido.

Llegamos a Lima al promediar las cinco de la tarde y allí termino, por ahora, nuestro corto y feliz viaje de junio a Corongo.

 

 


 


 


    

 

   

 

 

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