Casi pierdo la lengua...

En una oportunidad un amigo muy querido (César Adriazola) publicó un video de un padre que participa en competencias con su hijo parapléjico… este hecho me puso a reflexionar de lo que es capaz el amor de padre  y con mucha vergüenza recordé de lo que mi papá hizo por mí y nunca lo consideré como algo excepcional,  hoy día digo que tengo la suerte de tener mi HEROE, lo que  narraré a continuación tuvo otros personajes también muy importantes ya que sin el apoyo de ellos  no hubiese tenido el mismo final, en este sentido mi reconocimiento en principio a mi Padre  Don Pedro Vergaray Villalva, a mi tío Julio Cárdenas Zavaleta (hermano de Mamá), a quien ahora goza de la presencia del señor don Tomás Jara y mi hermano Pedro Vergaray Cárdenas.

Tenía cuatro años (1969) cuando un día jugando corrí tras mi mamá siguiéndola al terrado y resbalé en la escalera, el resultado fue que me mordí la lengua al punto de casi perderla, en su desesperación mamita me llevó a la posta médica y mi hermano corrió avisar a mi papá desde Corongo hasta Colcabamba sin zapato porque el llanqui se le rompió en el apuro, este hecho lo conocí después y  agradeceré siempre  ese gesto de mi hermanito hoy papá de dos hermosos hijos y a quien le digo FELIZ DIA DEL PADRE

Buscando la solución a mi accidente concluyeron trasladarme hasta Chimbote para que me cosan la lengua y como muchos saben en esas épocas los carros llegaban a Corongo cada cierto tiempo, es  que deciden trasladarme caminando hasta YUNGAYPAMPA y fue como lo hicieron, saliendo de madrugada yo en la espalda de mi Padre que por ganar tiempo para poder coger el tren  caminaron por el conocido camino de la CUCHILLA, luego me cargó el Tío Julio y al final según cuenta mi papá lo hizo don Tomás Jara (QEPD) y es como llegamos a la estación  del tren  de YUNGAYPAMPA (30 Km aproximadamente, pero no de camino llano, de subidas y bajadas por cerros y cruzando ríos soportando el frío, el viento y el sol abrazador) donde el Tío Julio y don Tomás nos despidieron retornando de la misma forma a Corongo.

Recuero claramente que papá  dobló una frazada en  cuatro, me colocó sobre ella y fue en busca de una taza de leche tibia que trajo y me la dio a tomar con mucha paciencia, porque yo no podía comer nada y los líquidos los tomaba con mucha dificultada, esperamos el tren y nos embarcamos,  papito se acomodó en una banca  del tren (de madera) frente a mí y se durmió, llegamos Chimbote donde ya mi Tía Zoila Garay de Chong nos esperaba, los resultados  de lo que ocurrió después, es que hoy puedo hablar y creo demasiado… a  pocas horas de celebrarse el Día del Padre, deseo agradecer públicamente a Dios por haberme dado el papá que tengo y desearle a él y todos mis amigos que son papás un FELIZ Y MARAVILLOSO DÍA DE PAPÁ.

Pedro Vergaray Villalva hizo de nosotros los seres humanos que hoy somos, junto con mamita nos enseñaron enfrentar la vida, pero él  sobre  todo nos enseñó a no depender de ningún hombre, es así que corríamos tras él en los trabajos de chacra junto con los peones, él era quien consentía nuestras travesuras (era el cómplice)  nos hizo intrépidas, aguerridas, valientes, fuertes,  pero siempre con respeto y  mucho amor…  hoy te digo gracias she y por ese gusto salud con rico GRO  aunque Eladia se enoje...



Aqui Don Pedro Vergaray Villalva, en una de sus cacerías por las punas de Corongo (el primero del lado superior izquierdo), en la foto tambie figuran Pablo Cuba, Pedro Vergaray Cardenas, Florentino Moreno y otros.

Articulo escrito por Nidia Vergaray Cardenas (Facebook)

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